miércoles, 31 de marzo de 2010

El clóset de cristal de Ricky Martin

El clóset de cristal de Ricky Martin

Antonio Medina*
El cantante Ricky Martin hizo pública su orientación sexual a través de su sitio web
México DF, marzo 31 de 2010.
Ricky Martin salió de un clóset imaginario en el que se resguardó mientras avanzaba una lucha social liderada por una ciudadanía lésbico, gay, bisexual, transgénero e intersexual (LGBTI) pujante y cada vez más empoderada.

La revelación del artista sin duda representa una conquista más del sector homosexual latinoamericano que históricamente ha sido criminalizado, violentado en sus derechos y excluido de las políticas públicas.

Lejos de la frivolidad que ronda la salida del clóset del boricua, el acto honesto y sentido que expresa Ricky Martin en su popular carta, develan la angustia de un hombre homosexual que quiere ser congruente con su manera de pensar y sus acciones.

Para un gay común y corriente, que no sea artista y que no cuente con los millones de dólares del feliz padre gay puertorriqueño, la realidad puede ser otra: despidos laborales, exclusión escolar, negación de servicios de salud, sospecha ante espacios de justicia y el señalamiento con dedo flamígero de líderes religiosos, por decir lo menos.

El estigma sobre la homosexualidad que viven las personas LGBTI, de hecho, antes de saber que lo son, es uno de los factores que obligan a muchos hombres y mujeres a estar en el clóset y demostrar públicamente que son heterosexuales, por eso muchas veces se casan con personas del sexo opuesto y tienen hijos como prueba de su “heterosexualidad”; es decir: que son normales, que no son unos outsiders, que pertenecen a una mayoría heteronormada; vamos, que son funcionales para la sociedad, pues están preservando lo que se impone socialmente: la familia ¿natural?

La salida del clóset de un personaje público —con todo el respeto de lo que piensan algunos activistas y líderes de opinión —, sí ayuda a que la sociedad comprenda mejor la cuestión homosexual, pues si se tiene en cuenta que la educación formal no ha logrado al momento integrar una estrategia pedagógica liberal que explique desde el punto de vista humanista la diversidad sexual y los derechos a ejercer una sexualidad libre y alejada de prejuicios; por tanto, las representaciones sociales positivas a través de los medios sobre personajes públicos abiertamente gays, pueden contribuir a quitar velos estigmatizantes.

La salida del clóset sin reflectores

La experiencia de salir del clóset se vive de manera diferente dependiendo el contexto de cada persona. No obstante, hay ciertas generalidades, como la sensación de libertad una vez que se expresa abiertamente. Hay quienes aseguran que es como renacer o recuperar el sentido de realidad y tomar las riendas de su vida.

En el caso del intérprete de La copa de la vida o La vida loca, dice: “... la aceptación la encuentro en mi interior, y (que) la verdad solo trae la calma. Hoy para mí el significado de la felicidad toma otra dimensión”.

Sea como fuere, la salida del clóset para muchas personas significa abandonar la autonegación y el ocultamiento de un sentimiento intrínseco. Significa enfrentar los prejuicios individuales y reivindicar sentimientos auténticos que pueden permitir una vida más plena.

Los y las activistas que iniciaron el movimiento lésbico-homosexual en los años 70 salieron de clóset públicamente en manifestaciones político-sociales que fincaron una lucha liberadora, de la cual nos hemos beneficiado las generaciones presentes.

La gran mayoría de esas mujeres y hombres renunciaron a su estado de confort y comenzaron a vivir vidas honestas. Muchos fueron expulsados de sus familias, algunos tuvieron la aceptación y otros cuantos lograron sobrevivir a la homofobia laboral y familiar.

Gracias a esas convicciones de jóvenes idealistas de hace más de tres décadas, que hoy en día rondan los 60 años de edad; gracias a la indignación por la violencia policiaca, por los despidos laborales de tiendas como Sears y la sed de justicia de aquella juventud pujante, es que hoy podemos tener en México espacios de convivencia, grandes marchas del orgullo LGBT y leyes como el Pacto Civil de Solidaridad, en el estado de Coahuila; la Ley de Sociedades de Convivencia, la Ley de Identidad de Género y una ley de Registro Civil que amplía el derecho al matrimonio entre personas del mismo sexo en el Distrito Federal.

La salida del clóset de ídolos populares como Christian Chávez o Ricky Martin en América Latina; Elton John, Jodie Foster, Ian McKellen, George Michael, Cynthia Nixon, Rosie O’Donell, Nelly McGillis o Ellen DeGeneres, y muchos otros alrededor del mundo, es el resultado de un avance de la sociedad contemporánea hacia formas más democráticas de convivencia. En este proceso, los medios de comunicación han sido un factor de cambio, pues cada vez más se observan posturas a favor de la diversidad y los derechos de este sector en espacios mediáticos.

Usar los medios para un fin personal, puede ser la parte romántica o frívola de un acto personal, pero sin duda puede abonar un valor agregado a los esfuerzos de lesbianas, gays, bisexuales y personas transgénero que han reivindicado su existencia a partir de la lucha social y colectiva.

Sirvan estas reflexiones para continuar con el debate público sobre los derechos LGBTI en México y el mundo, pues el camino aún es largo y sinuoso: persisten la discriminación por orientación sexual en las escuelas, en las iglesias, en medios de comunicación, en ámbitos laborales y en instituciones públicas. Se siguen registrando crímenes de odio por homofobia, que en el caso de México, han privado de la vida a más de medio millar de personas entre 1995 y 2009, mientras que en 80 países del mundo ser homosexual es motivo de sanciones legales, y en siete más, luego de un juicio público, viene la pena de muerte.

*Coordinador y fundador de la Agencia de Información NotieSe www.notiese.org j_medina27@hotmail.com

sábado, 27 de marzo de 2010

PRI plantea objeción de conciencia para jueces que no quieran casar a homosexuales

Este partido político demuestra una vez más que no está renovado como asevera su propaganda, critica activista

Christian Rea Tizcareño
México DF, marzo 26 de 2010. Notiese

El asambleísta tricolor Fidel Suárez lanzó la propuesta de reforma al Código Civil capitalino, a la cual se sumó la fracción parlamentaria del Partido Acción Nacional.

El legislador priísta aseveró que la objeción de conciencia también aplicaría a las adopciones homosexuales, el aborto legal –aunque ya está incluida en la Ley de Salud local–, el juicio para la concordancia sexo-genérica, la voluntad anticipada –eutanasia pasiva– y el divorcio unilateral.

De acuerdo con el diputado, en la capital del país aún no existe el marco jurídico que garantice a los funcionarios disentir en virtud de argumentos morales o creencias religiosas. Al contrario, quien discrepe con la normatividad vigente y se niegue a brindar algún trámite o servicio, la ley prevé sanciones administrativas e incluso la inhabilitación para desempeñar cargos públicos.

A través de un comunicado de prensa, David Razú Aznar, diputado del Partido de la Revolución Democrática, dijo que la iniciativa priísta está en contra de los derechos humanos, pues propone limitar la impartición de justicia en el DF. “Si un juez en la ciudad de México se negara a casar a dos personas del mismo sexo estaría violando una ley que está por encima de la objeción de conciencia”.

El también presidente de la Comisión de Derechos Humanos en la ALDF aseveró que la propuesta contraría a la Constitución de la República, toda vez que la Ley Suprema garantiza a la ciudadanía el principio de igualdad.

Entrevistada por NotieSe, la activista Lol-Kin Castañeda opinó que la iniciativa tricolor responde a que “quieren seguir empantanando la discusión, pese a que el PRI ya se había comprometido a no seguir en ese tenor hasta que la Suprema Corte resolviera”.

Es “terriblemente grave” que la agenda del PRI en el DF esté en pro de limitar derechos ciudadanos, en lugar de “transformar la sociedad”. La iniciativa del diputado Fidel Suárez es una “irresponsabilidad” motivada por la ignorancia en torno al tema. Este partido político demuestra una vez más que no está renovado, como asevera hoy su propaganda, consideró.

Por último, la activista de la diversidad sexual consideró que la moral no debe estar por encima del Derecho. “Las y los jueces son empleados de gobierno que no deben negarse a brindar un servicio sostenido con los impuestos del pueblo”.

martes, 23 de marzo de 2010

Mujeres cambiando al mundo. Crónica de la V Marcha Lésbica Feminista

Polo Gómez-Susana González Notiese

Cientos de mujeres del colectivo lésbico marcharon por el centro de la ciudad.
Alrededor de las cinco de la tarde del sábado pasado dio inicio la V Marcha Lésbica Feminista de Protesta con la participación de cerca de 500 guerreras que mostraban júbilo por un año más de lucha: “¡No que no, sí que sí, ya volvimos a salir!”. El punto de partida fue el Hemiciclo a Juárez, todas mostraban la firme intención de llegar al Monumento a la Madre.

Las participantes exigieron reconocer el feminicidio como un crimen de Estado, la salida del Ejército mexicano de las calles, otorgar dignidad a la vida lésbica, espacios de sana recreación libres de alcohol y enajenación, la creación de un centro comunitario de atención a parejas lésbicas en situación de violencia, así como a mujeres víctimas de lesbofobia social, y detener la criminalización de las luchas sociales.

Entre la escasa asistencia de activistas reconocidas comenzó la marcha que tuvo como objetivo manifestar la falta de respeto a los derechos humanos imperante en nuestro país, e hizo hincapié en la violencia e injusticias que recaen sobre el sector de las mujeres.

Entrevistada por esta agencia, Elisa Blengio, del Comité de Difusión de la marcha, dijo que la movilización fue una “invitación para transitar por las calles con una mirada que reconstruya a través de los ojos, la historia de las mujeres, que no han tenido voz en México”.

Las organizadoras llamaron al contingente a erradicar la violencia al interior de la comunidad lésbica. “Es necesario que exista más apoyo entre nosotras mismas, que estemos unidas; para así exigir al Gobierno del Distrito Federal a que ya no nos siga discriminando”, dijo Carolina Bang, integrante del grupo Lesbik.

Con las consignas “¡Lesbianicemos las luchas sociales!” y “¡Marcha lésbica feminista de protesta!", “¡Fuera el Ejército mexicano de las calles, México no es un cuartel, saquen a los malditos militares que sólo violan los derechos!”; el movimiento lésbico se hizo escuchar por la avenida Juárez, los carriles centrales del Paseo de la Reforma y la avenida de los Insurgentes Centro, hasta concluir en el Monumento a la Madre, lugar que reunió a cerca de 200 mujeres. Ahí, exigieron mayores derechos y beneficios sociales para las parejas lésbicas, así como también castigar los comentarios discriminatorios y que el Estado garantice el pleno respeto a sus derechos humanos.

Finalmente en el Monumento a la Madre dieron voz a las expresiones y saludos de los diversos contingentes que fueron parte de esta V Marcha Lésbica Feminista de Protesta, mujeres en movimiento que sigue tomando fuerza y construyendo la historia día a día con la intención de ganar espacios tanto para mujeres, lesbianas y feministas.

domingo, 21 de marzo de 2010

Del “misterio de la iniquidad del mal” (Crónica de una cruzada homofóbica)

El escritor Carlos Monsiváis reflexiona sobre las reacciones de odio que se desataron desde la aprobación de los matrimonios entre personas del mismo sexo. Revisa la historia de la homofobia en México, desde la época porfiriana cuando la policía irrumpió en un baile de parejas de hombres, hasta la declaración de Felipe Calderón que, “citando” a la Constitución, definió al matrimonio como la unión de hombre y mujer.
* Por Letra S • 16 Mar 2010

De modo explícito, la ofensiva verbal de la derecha (conceptual, moral, jurídica, política) contra gays y lesbianas de 2010 es la más virulenta registrada en la historia de México. Hasta el momento, y esperamos que así siga, se ha confinado en las declaraciones aunque resultan imprevisibles las consecuencias. ¿Qué sucederá, muy especialmente en el sector de los católicos practicantes y de los núcleos fanáticos, con la descarga inmensa de prejuicios, intolerancia y odio, algo inconcebible a estas alturas del avance científico, la implantación creciente de los derechos humanos y el conocimiento de las leyes?

El 21 de diciembre de 2009 la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) con 39 votos a favor, 20 en contra y cinco abstenciones, aprueba el matrimonio homosexual, convirtiéndose en el primer lugar de América Latina en permitir estas bodas. También se elimina la contrapropuesta que impedía a las parejas homosexuales adoptar hijos. “Durante siglos leyes injustas prohibieron los matrimonios entre blancos y negros o indios y europeos, se prohibió el amor extranjero (…) hoy todas esas barreras han desaparecido”, afirma el diputado Víctor Romo, del Partido de la Revolución Democrática (PRD). Los votantes de la iniciativa, presentada por el asambleísta Víctor Razú, son todos heterosexuales.

Ante esto responde Norberto Rivera, arzobispo primado de México:
La aprobación de estas leyes destructivas e inmorales, dejan en claro que el PRD actúa como instrumento del maligno haciendo presente en la sociedad el misterio de la iniquidad del mal, pues resulta evidente que legislar el crimen del aborto, la unión entre personas del mismo sexo, y peor todavía, el entregar a niños inocentes a la adopción de parejas del mismo sexo, atenta contra los mandatos de Dios y toda moral, y esto no puede ser aceptable para la conciencia de ningún cristiano… Las leyes inmorales e injustas carecen de toda legitimidad y recordemos a los fieles cristianos que en conciencia no pueden apoyar a sus autores bajo ninguna circunstancia si no quieren contradecir a su propia fe y entrar en su dinámica malévola y destructiva

Eso dice el clero católico: un partido, el PRD, es instrumento del maligno, se introduce en la sociedad el misterio de la iniquidad del mal, se atenta contra los mandatos de Dios y de toda moral, se emiten leyes carentes de toda legitimidad; en vista de lo anterior, se llama a los fieles cristianos a no apoyar a los autores de la ley bajo ninguna circunstancia, y a oponerse a la dinámica malévola y destructiva. Sin mínimas definiciones se revive el lenguaje del Santo Oficio, las andanadas contra el pecado nefando, esta vez ya sin los buenos servicios de sus instrumentos de persuasión: las jaulas colgantes, los potros de tortura, los aplastacabezas, las cunas de judas. La mentalidad teocrática quiere recobrar su poderío exterminador y doblegar al Estado. De allí la exhortación del cardenal de Guadalajara Juan Sandoval Íñiguez: “El Estado debe acatar la ley natural porque de continuar así, un día se aprobará, por mayoría, que robar no es crimen ni pecado que es lícito fornicar y cometer adulterio”. (La Jornada, 7 de febrero de 2010) ¿Cuál es la versión virtuosa de “fornicar”?

La cruzada contra el laicismo del papa Juan Pablo II interrumpe la “tolerancia” (tenue en el mejor de los casos) de un sector del clero. Y esto prosigue de modo exacerbado con el papa Benedicto XVI, decidido ahora a las guerras santas desarmadas porque las circunstancias actuales son muy distintas, y las homilías, al despertar, ya no se ven convertidas en autos de fe. Vale la pena entonces evocar sumariamente algunas etapas del odio eclesiástico y conservador a los derechos de la diversidad sexual.

I. “AQUÍ ESTÁN LOS MARICONES, MUY CHULOS Y COQUETONES”
Primer signo de reconocimiento vindicativo de una minoría: el escándalo en torno a la redada de 1901 en la Ciudad de México, con —habla la leyenda¬— 42 homosexuales presos, la mitad vestidos de mujer, entre ellos Ignacio de la Torre, yerno de Porfirio Díaz, al que se le permite la huida. A los detenidos, un sacerdote entre ellos, se les somete al descrédito público y a varios de ellos se les envía a trabajos forzados en Valle Nacional. El regocijo de largo alcance a propósito del Baile de los 41, con la serie de grabados alusivos de Posada, admite la existencia de los otros, de los que renuncian a su virilidad entre grititos y capas sucesivas de maquillaje. Por intercesión de la burla, el tema ya resulta mencionable. No hay duda: lo propio del homosexual es su inferioridad natural, su inhumanidad. El joto no es ni hombre ni mujer, y sus únicos vínculos con el perdón son el choteo y las humillaciones interminables. (A las lesbianas no se les menciona. Recuérdese el cometario de la reina Victoria de Inglaterra, al informársele de un incidente con lesbianas: “There’s no such thing in England”)

En Los cuarenta y uno. Novela crítico social (1906), su autor, Eduardo A. Castrejón, predica ¾de otra manera la novela no se imprime¾ contra la “injuria grave a la Naturaleza” e inventa una velada abominable:
El corazón degenerado de aquellos jóvenes aristócratas prostituidos, palpitaba en aquel (sic) inmenso bacanal.
La desbordante alegría originada por la posesión de los trajes femeninos en sus cuerpos, las posturas mujeriles, las voces carnavalescas, semejaban el retrete-tocador de una cámara fantástica; los perfumes esparcidos, los abrazos, los besos sonoros y febriles, representaban cuadros degradantes de aquellas escenas de Sodoma y Gomorra, de los festines orgiásticos de Tiberio, de Cómodo y Calígula, donde el fuego explosivo de la pasión salvaje devoraba la carne consumiéndola en deseos de la más desenfrenada prostitución.

II. LA OFENSIVA NACIONALISTA: LOS ANORMALES NI SIQUIERA TIENEN DERECHO A GRITAR ¡VIVA MÉXICO!

Al institucionalizarse la Revolución, procede la campaña por dignificar a la Patria que es toda virilidad; se insiste: un mexicano no puede ser un desviado, alguien al que “la inspiración les llega por detrás” (Julio Gómez de la Serna). Los conservadores mantienen sus presiones hipócritas, “defensoras de los valores”, a los homosexuales se les sigue enviando a las cárceles y el presidio de las Islas Marías, sin mayor delito comprobado que alguna riña, contoneos en la calle y el alud de sus afeites. Dicho sea no tan de paso, nadie protesta por estas injusticias, los maricones carecen de todos los derechos por su condición inhumana revelada a simple vista.

La izquierda marxista y el nacionalismo revolucionario coinciden ampliamente durante el auge del radicalismo (1925–1940, aproximadamente). Un punto de acuerdo es el desprecio hacia los homosexuales. En un artículo intitulado “Arte puro: puros maricones” (Choque. Órgano de la Alianza de Trabajadores de las Artes Plásticas, núm. 1, marzo de 1934. Reproducido en Textos polémicos, El Colegio Nacional, 1999), Diego Rivera se explaya contra el artepurismo, “el método lacayesco de ofrecer al burgués que paga un producto que no amenace sus intereses”, y se enfada:
Por eso el “arte puro”, “arte abstracto”, es el niño mimado de la burguesía capitalista en el poder, por eso aquí en México hay ya un grupo incipiente de seudo plásticos y escribidores burguesillos que, diciéndose poetas puros, no son en realidad sino puros maricones.

Evoca el poeta estridentista Manuel Maples Arce, en sus memorias (Soberana juventud, 1967):
En una ocasión (en la década de 1930) nos reunimos en el Salón Verde de la Cámara de Diputados para tratar el problema de los homosexuales en el teatro, el arte y la literatura. Aunque hubo declaraciones reprobatorias, el diablo metió el dedo y ellos se quedaban más orondos que nunca, mientras la gente se preguntaba por qué se les permitía moverse con tanto desplante, cuando en la época de Porfirio Díaz se les obligaba a barrer las calles, como aconteció alguna vez a los que hicieron célebre el número 41, que popularizó una estampa de Posada. La moral pública no depende de un grupo; es el estilo de una sociedad como diría Ortega y Gasset, y cuando ésta acepta que cada quien haga de su juicio un papalote, no existe posibilidad de dignificación.

El espíritu de mafia les dio preponderancia. A veces emprendían verdadera persecución contra quienes se resistían a solidarizarse con sus intentos de hegemonía intelectual o se negaban a entrar en aquel monipodio. Fue la época de la insistente publicidad de Proust y Gide, en cuya obra se amparaba la comedia de los “maricones” y el cinismo de los pederastas.
Pinche puto es la descalificación corriente, y si se usa maricón como sinónimo de cobarde, es porque también la cobardía es una traición a la virilidad. No hay entonces algo semejante al clóset, al ocultamiento de la orientación sexual. Sólo la revelan quienes por su voz o su lenguaje corporal “cargan con la cruz de su parroquia”. Los demás viven en las prisiones contiguas del miedo, el sigilo, la compraventa discreta de “servicios”.

Varios poetas de primer orden adoptan la línea de la descalificación, En 1932 Renato Leduc señala en Los banquetes: “Porque al fin y al cabo el uranismo (en ese entonces sinónimo de homosexualidad) no es más que una de tantas éticas, una de tantas actitudes frente a la vida; es, por decirlo así, la actitud a gatas frente a la vida.” Y añade, en un rapto de entusiasmo:
Ahora bien, puede afirmarse que la pederastía, como en el Derecho Romano la esclavitud, se adquiere con el nacimiento o por un hecho posterior, precisamente posterior, al nacimiento:

Pero los pederastas congénitos son, casi por definición, invertidos, anormales, enfermos y los otros son siempre ancianos impotentes o jóvenes degenerados cuya virilidad atrofiada no les deja otro recurso que recibir lo que ya no son capaces de dar.
Pederastía entonces no es la seducción de niños sino un sinónimo de homosexualidad. Leduc, por supuesto, no está solo en el cultivo del prejuicio. Así por ejemplo, otro poeta extraordinario, Efraín Huerta, en su “Declaración de odio”, se permite estas líneas:

Te declaramos nuestro odio, magnífica ciudad.
A ti, a tus tristes y vulgarísimos burgueses,
a tus chicas de aire, caramelos y films americanos,
a tus juventudes icecream rellenas de basura,
a tus desenfrenados maricones que devastan
las escuelas, la plaza Garibaldi,

la viva y venenosa calle de San Juan de Letrán.
Octavio Paz, en su gran poema Piedra de sol, escribe: “…el sodomita/ que lleva por clavel en la solapa/ un gargajo”. A los “desenfrenados maricones” los desprecian los constructores del paradigma heterosexual, con frecuencia bajo la consigna del Hombre Nuevo. Este sería el mensaje: “Si me burlo de abyectos, exalto el perfil de los seres como la nación exige o como Dios manda, entre ellos y antes que nadie, yo mismo”. Así, la homosexualidad (la conducta tanto más satanizada cuanto más imaginada: “Lo que hagan cuando están solos, me perturba”) cumple funciones del espejo negro en donde nada más se reflejan los prófugos de la ley y la virilidad.

I. FRENTE A LA EXPULSIÓN DE LA SOCIEDAD LA RESPUESTA DISPONIBLE ES EL SILENCIO

¿Cómo se responde a un prejuicio de la cultura judeo-cristiana sostenido por todos? En esos años, sólo el poeta Salvador Novo en sus sonetos “prohibidos” (que circulan profusamente) tiene la osadía psicológica y literaria del enfrentamiento. A Diego Rivera que en los muros de la Secretaría de Educación Pública ha satirizado a los
poetas del grupo Contemporáneos, le dedica “La Diegada”, una serie de sonetos y décimas; a Tristán Marof (escritor boliviano de nombre Gustavo Navarro) que ha agredido salvajemente al grupo de los Contemporáneos en su libro México por dentro y por fuera, le envía un soneto:

Un Marof
¿Qué puta entre sus podres chorrearía
por entre incordios, chancros y bubones
a este hijo de tan múltiples cabrones
que no supo qué nombre se pondría?

Al Comité de Salud Pública, formado por un grupo de intelectuales y artistas que ansían depurar de homosexuales el gobierno, y al Bloque de Obreros Intelectuales que apoya esta campaña, Novo les dedica un soneto:

De todo, como acervo de botica,
en un crisol en forma de mortero,
bazofia de escritor, caca de obrero,
cuanto puede caber en bacinica,
al Comité de la Salud Publica
que imparte un diputado-reportero,
al que no sea burro manadero,
denuncia porque daña y porque pica.
No temáis que la gente se equivoque.
que si aprenden a hablar los animales
los denuncia la cola que les cuelga.
Quedaremos de acuerdo en lo de Bloque;
pero obreros, ¿seréis intelectuales
si el seso os anda en permanente huelga?
¿Pero cuántos luchan de modo explícito, desde la discriminación, contra la mentalidad irrestricta de la época?

Durante varias décadas las campañas contra los diferentes no hacen falta. Están inscritas en el “código genético” de la sociedad o las sociedades mexicanas. La Ciudad de México es, comparativamente hablando, el espacio de mayores libertades y por eso los gays y las lesbianas que pueden abandonan la provincia. En 1969 la resistencia de un grupo de travestis y homosexuales en el bar Stonewall, en Nueva York, que ahuyenta por dos días seguidos a la policía, da origen al movimiento de liberación gay que tiene repercusión en casi todo el mundo. Pero lo que amortigua la fuerza del prejuicio es la suma de factores: la explosión demográfica, que limita o elimina el espionaje parroquial; la secularización creciente del país, que disminuye ampliamente las resonancias del pecado y debilita los sentimientos de culpa de los “transgresores de la ley de Dios”; la difusión interminable de la sexología y del psicoanálisis, y el hecho de ser una minoría internacional donde los adelantos de un país se extienden a los demás.

IV. EL SIDA: “NO LE DES LA MANO. PUEDEN CONTAGIARTE”

En México los grupos de liberación lésbico-gay hacen su aparición pública en 1978, con el consiguiente come-out o desclosetamiento de miles de jóvenes, activistas o no. Acto seguido, en 1983 o 1985, la pandemia del sida trae consigo otra campaña muy virulenta de la derecha coadyuvada por el miedo a la infección. Nunca antes, desde la lepra medieval y la sífilis del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX, una pandemia se rodea de tantas y tan enconadas precauciones morales y obliga a tantas decisiones éticas. Convencida de la perversidad intrínseca de los enfermos de sida, la derecha arrecia su blitzkrieg contra los “pervertidos”. El nuncio papal Girolamo Prigione no está solo en su denuesto: “El sida es el castigo que Dios envía a quienes ignoran sus leyes”. Esto mientras Dios procede con recordatorios trágicos.

Ante la campaña de linchamiento moral pocos enfrentan la intolerancia. Uno de ellos, el actor Augusto Benedico, es el único que se opone a Prigione en una encuesta (Excélsior, agosto de 1985). La prensa amarillista encabeza la nulificación de las víctimas. En el Centro Médico un joven enfermo se suicida, incapaz de soportar la acción conjunta de la enfermedad y el desprecio de la familia y de médicos y enfermeras. Y el prejuicio es tan vigoroso que a manera de comentario un periódico publica una caricatura con el título de: “Sui-sida”.
La iglesia católica abandona oficialmente la tesis del “castigo divino”, pero, en beneficio de los próximos infectados por no usarlo, el nuncio Prigione califica al condón de “instrumento del demonio” que arrastra por el lodo a la juventud. Al preparar Televisa una campaña de anuncios con personalidades que promueven el condón, unos empresarios amenazan con boicotear a la empresa televisiva si no los suprimen. Nada de spots antes de la medianoche o de manejo de la palabra condón o de frases o situaciones explícitas. La campaña se cancela.

Las secuencias del pánico moral son alucinantes: no pocas familias se deshacen de los enfermos, abundan los médicos y las enfermeras que no atienden a los pacientes, no escasean los suicidios por causa “indeterminada”, a los seropositivos evidentes se les cesa en sus empleos, hay vecinos que exigen la expulsión de los enfermos, y se promueven los exámenes de la sangre contra la voluntad o con el desconocimiento de los trabajadores. Y el gobierno federal y los gobiernos regionales se añaden al susto maniático y a la gazmoñería que ve en el sida la enfermedad moral por excelencia. Jorge Treviño, gobernador de Nuevo León, retira los anuncios espectaculares del condón en vísperas de la visita del Papa a Monterrey, porque “recuerdan la existencia del sexo masculino, y escandalizarían a los niños pequeños”. Muy probablemente lo dice en serio.

En el artículo 13 de sus Derechos de la Familia, el Partido Acción Nacional habla de “las formas de asistencia posible a las familias golpeadas por el sida y que se organice una verdadera prevención de la enfermedad, basada en criterios éticos, que son los únicos aptos para impedir el contagio y frenar su difusión”. Ni una mención a enfermos y seropositivos y olvido de las políticas públicas de salud, todo esto rociado con elogios a la castidad y la fidelidad conyugal. El PAN eleva el uso del condón a “decisión ética” y, también en serio, varios obispos insisten: “Dios no recomienda el condón”. Seguramente no. En su campaña para la Presidencia el panista Diego Fernández de Cevallos, en una reunión con los periodistas de Reforma, al preguntársele sobre cuál sería su política sobre el sida, responde: “No lo he pensado, eso es asunto más bien de los joteretes” (versión de Guadalupe Loaeza).

El 5 de agosto de 2007 el gobernador panista de Jalisco Enrique González Márquez (el Gober Piadoso) se trepa a su humorístico Monte Sinaí: “Entre la comunidad homosexual sí hay que seguir apoyando: entre los jóvenes, en general, yo creo que no le corresponde al Estado repartir condones. Si alguien quiere, y déjame llevarlo al grado chusco: ¿por qué nada más condones? Vamos repartiendo un six de cerveza y vamos dando vales para el motel, de modo que el gobierno pague la diversión de los jóvenes. Oye, no. No le toca al gobierno pagar las cervezas ni el motel. Bueno, creo que tampoco le toca repartir condones en la comunidad en general”. (Información del corresponsal de La Jornada, Juan Carlos G. Partida, 6 de agosto)

La prohibición eclesiástica de los “preservativos” lleva en el siglo XXI al Papa Benedicto XVI, en su gira por África, un continente algo diezmado por el sida, que no se utilicen los condones en África. Ratzinger, en su discurso a los obispos del continente, equipara las medidas de prevención del sida con el aborto, el adulterio y la homosexualidad. Este reaccionarismo no prospera (la voz de la sobrevivencia también dispone de excomuniones), aunque no amengua lo suficiente la condición “prohibida” de la pandemia. La tragedia humaniza, por así decirlo, a los gays.

Surgen grupos de activistas gay y se prodiga el come-out, al ser ya muy difícil el juego de la clandestinidad. Y los gobiernos se ven obligados a asumir la prevención y el tratamiento de los enfermos como parte medular de su política de salud.
El sida ilumina la orientación sexual de un amplio espectro de celebridades y de gente desconocida. En los primeros años de la pandemia la experiencia de los enfermos es muy aleccionadora. Un ejemplo:

Definitivamente salir VIH positivo en la prueba es muy traumático. Es por esto que además de la vergüenza, es natural que te sientas asustado, desamparado, bravo, solitario, atontado o hasta llegues a pensar en el suicidio. Recuerdo lo difícil que era decirle a alguien que eras el único hombre que deseaba a otros hombres. Conseguir apoyo en esta situación es muy importante. No estés tan seguro que tus amigos te juzgarán con dureza. A menudo ellos estarán más preocupados por cómo ayudarte en esta situación que por juzgarte.
Por lo común, los escritos sobre sida se concentran en dos de los varios niveles del sida y del VIH: la enfermedad y el cerco social y familiar.

LOS CRÍMENES DE ODIO

Una campaña permanente contra la disidencia sexual: los asesinatos de homosexuales, prodigados a lo largo del siglo XX y los principios del siglo XXI, y señalados por la extrema violencia, el número desproporcionado de golpes y puñaladas, la saña ejercida contra la víctima y su cadáver (se calculan por lo menos cerca de cien crímenes de odio al año, aunque es muy difícil establecer las cifras por la indiferencia policiaca y el deseo de ocultamiento de las familias de los asesinados). Al ocurrir el crimen, ni la policía, ni el Ministerio Público, ni las familias afectadas en muchísimas ocasiones, se consideran en rigor ante un delito grave, sino ante un suceso de reivindicación moral a fin de cuentas. La policía suele concluir: “Fue un crimen pasional de homosexuales”. Y, todavía hasta hoy, la frase más repetida entre los muy escasos asesinos a los que se apresa, le da razón de la ideología machista: “Lo maté porque se lo merecía”.

Un caso paradigmático. En enero de 2006 la AFI (Agencia Federal de Investigación) presenta a los medios informativos a Raúl Osiel Marroquín Reyes, El Sádico (apodo muy probablemente impuesto por las autoridades policíacas). Él confiesa una serie de secuestros y asesinatos, que suman cinco pero en las notas se contabilizan cuatro. Su historial homicida es, por decir algo, terrible. Marroquín Reyes asiste a sitios gay de la Zona Rosa, entabla el diálogo tradicional con un joven ansioso de un ligue y lo invita a un hotel (el Amazonas). Allí le pregunta sobre sus recursos económicos, y si no tiene dinero lo insulta y lo deja ir (Todo en versión de Marroquín Reyes). Si hay dinero, tarjetas de crédito para empezar, lo lleva a su departamento en donde está un amigo (Juan Enrique Madrid Manuel, hoy prófugo).

Ya en el departamento, Marroquín y Madrid someten a la víctima, la ultrajan durante un tiempo que va de cinco a siete días, y en ese período negocian con los familiares. Mientras, “hartos de los lloriqueos y quejidos” de los plagiados, los torturan y, ya entregado el dinero del rescate, los ahorcan con una soga. Utilizan siempre corchos de plástico con los que sujetan las manos de la víctima y le ponen un listón rojo en el cuello. Sólo en un caso, señala Marroquín, él arranca la piel de la frente de un secuestrado con una navaja para dibujarle una estrella, con el propósito de distraer las investigaciones y llevar a la policía a la búsqueda de una secta. Luego, destazan el cuerpo y lo introducen en una maleta negra que abandonan en la calle.

La primera víctima reconocida es un empleado de una televisora, por el que exigían 120 mil pesos. El cuerpo aparece en la cercanía del Metro Chabacano. Los otros cuatro muertos: dos jóvenes de 23 años plagiados el 17 y el 18 de diciembre de 2005 (los cuerpos se hallan en maletas en la colonia Asturias); y en octubre de 2005 a un estudiante de 20 años de edad y un empleado de 28. Para congraciarse a la vez con el machismo y con la moda, Marroquín afirma no ser ni homosexual ni homofóbico, y da su explicación de porqué elige gays en los secuestros: “Simplemente los preferí por no batallar en operaciones que implicaran armas y vehículos, pues sólo fui a los lugares que frecuentaban y ellos solos me abordaban, se me hacía más fácil tratar a esas víctimas”. Anhelaba una carrera criminal mayor, pues apenas iba empezando en ésta y evolucionaría, ascendería, tendría mejores víctimas con más dinero”.

A los medios informativos, Marroquín les asegura no tener remordimientos, sólo la preocupación de haber afectado a su familia y a la gente que conocía. “Nunca he pensado en las víctimas y sus familias. No había odio contra ellos por ser homosexuales, no había traumas, tuve una niñez normal, nunca me violaron ni me golpearon. No me arrepiento, sólo que refinaría mis métodos para no cometer los mismos errores y no ser detenido”. Insiste: “Me presentaba como Carlos. No los escogía, ellos solos se presentaban, después los invitaba a mi departamento, iban por voluntad propia… De los secuestros obtuve 150 mil pesos, con los que compré ropa, aparatos, otras cosas”.

Marroquín se autoelogia: “Le hice un bien a la sociedad pues esa gente hace que se malee la infancia. Me deshice de homosexuales que, de alguna manera, afectan a la sociedad. Digo, se sube uno al Metro y se van besuqueando, voy por la calle y me chiflan, me hablan”.

VI. LA APARICIÓN DEL TÉRMINO “HOMOFOBIA”

La homofobia aparece en 1971 en el libro de George Weinberg, Society and the Healthy Homosexual. El término cunde con rapidez al necesitarse la expresión que unifique la discriminación física, laboral, social, psicológica y delincuencial, lanzada contra los gays, algo no cubierto por las voces denigratorias (puto, joto, fag, queer, etcétera).

Lo persuasivo y lo avasallador del vocablo expresa un inequívoco avance social. Ya hay quienes consideran social y culturalmente negativa la discriminación de personas sobre la base de sus preferencias sexuales. Pronto, no hay discrepancias serias sobre las ventajas de la palabra, y la prueba es la prontitud con que la derecha la utiliza, aunque uno sospeche que cuando dicen “no soy homofóbico”, creen estar diciendo: “No soy homosexual”. Aunque al principio hay críticas por adjudicarle al pasado un término que no le corresponde, la palabra se va imponiendo, y así se cancelen los matices, las descalificaciones retro contenidas en el uso de homofobia se introducen en la memoria histórica. Por eso, Emiliano Zapata sería un homófobo por su decisión de fusilar a su consejero Manuel Palafox al enterarse de su homosexualidad.

Las industrias culturales captan el desarrollo de una nueva sensibilidad y el cine primero, el teatro y la televisión por cable se abren al tema de lo lésbico-gay, con menciones persistentes a los transgéneros. Los films de resonancia internacional abundan: La Cage aux Folles, Philadelphia, Longtime Companion, Jeffrey, Brokeback Mountain, Milk. En la televisión por cable series como Queer as Folk, Oz, The L Word, Six Feet Under, Brothers and Sisters. Incluso en las telenovelas latinoamericanas, ya son inevitables los personajes gay. Otro tanto sucede en el teatro e incluso en la comedia musical de Broadway. El amor que no podía decir su nombre, ahora podría hartarse de repetirlo.

En la Ciudad de México, aunque ya se deja ver una presencia significativa en buen número de lugares (Guadalajara, Puebla, Tijuana, Monterrey…), crecen los grupos, se multiplican los sitios específicos, no escasean los grupos deportivos, hay publicaciones (entre ellas, y con un material importante, Letra S, el suplemento de La Jornada), una librería, dos revistas electrónicas (NotiEse y Anodis), una red amplísima de información (y de ligues), asociaciones de padres y madres con hijos gays y, hecho culminante, la Marcha del Orgullo Lésbico-Gay un sábado de junio al año, convoca en años recientes a 250 o 300 mil asistentes, disminuidos por casi todos los medios a unos cuantos centenares, tal vez con la intención de no alarmar a las conciencias inmejorables. Hay una bibliografía considerable, Semanas de la Diversidad en universidades y espacios institucionales. Ya suele ser común que los jóvenes les informen a sus familias de su orientación.

VII. “LA CONSTITUCIÓN DE LA REPÚBLICA HABLA EXPLÍCITAMENTE DEL MATRIMONIO ENTRE EL HOMBRE Y LA MUJER” (FELIPE CALDERÓN, 2 DE FEBRERO DE 2010).

Lo señala Tocqueville: “El lazo natural que une las opiniones a los gustos y los actos a las creencias”. ¿Pero esos “lazos naturales” no varían históricamente y, ya últimamente, con rapidez? ¿Que no anuncian los actos múltiples de tolerancia una creencia social diferente? La derecha, tan experta en confundir las señales del pasado con el gozo de la prohibición, no entiende lo indetenible de ciertas acciones y movimientos. Guiada por su lógica del poder, deposita su persuasión en los acuerdos de la cúpula.

Obsérvese el triunfo legislativo de la derecha al obtener la penalización del aborto en 18 ó 19 estados gracias al entendimiento del PAN con el PRI de Beatriz Paredes. Pero la respuesta ante esta criminalización (el término indispensable en el examen de las iniciativas legales del régimen de Calderón) ha sido impresionante. Casi de inmediato la gran batalla histórica del feminismo se vuelve también causa del sector democrático de la sociedad civil, al grado de que ahora, mayoritariamente, son hombres los que analizan y rechazan esta aberración jurídica de la derecha bipartidista. Lo antes inmencionable, el aborto, es hoy una palabra de uso común y una demanda civilizatoria.

¿Cuál es la imagen de gays y lesbianas que presenta la derecha? La respuesta de la iglesia católica y el Partido Acción Nacional es inmediata. El PAN amenaza en la Asamblea y, como táctica fulgurante, promueve una encuesta de tres preguntas, la tercera: ¿Cree usted que un niño adoptado por homosexuales sería víctima de burlas y discriminación por parte de sus compañeros de escuela?
Con que esas tuvimos: a) El PAN presupone que el prejuicio es eterno, que la burla y la discriminación nunca abandonarán a los homosexuales. Y la intelectual por excelencia del PAN, la ex-dirigente en el DF, Mariana Gómez del Campo, argumenta a propósito del matrimonio: “La misma palabra no puede tener dos significados diferentes”. Y como si hubiera dicho algo luminoso, prosigue: “Uno de los derechos de los niños es tener una familia. A un niño no se le permite decidir a qué clase de familia se le envía”. (The New York Times, 7 de febrero de 2010). ¿A qué niño, en cualquier parte del mundo, se le permite decidir a qué clase de familia quiere ir? Todavía no hay encuestas perinatales, y en asuntos de adopción los Centros respectivos.

En el semanario Desde la Fe, de la Arquidiócesis de México, se enumeran once razones para el rechazo a los matrimonios entre parejas del mismo sexo y la adopción (Nota de Gabriel León Zaragoza, La Jornada, 18 de enero de 2010): “Porque la Iglesia ha tenido esa vergonzosa y dolorosa experiencia —que ha reconocido, por la que ha pedido perdón y tomado medidas para corregirla y evitarla—, por lo que tiene autoridad para alertar el peligro que corren los niños que se desarrollan en un ambiente de homosexualidad… La Iglesia no promueve la homofobia. Es la pretensión de los homosexuales de adoptar niños la que ha provocado el rechazo de la gente… Por bien intencionados que fueran unos ‘papás’ homosexuales, su solo estilo de vida afectará de muchas maneras al niño. Si dice: ‘de grande quiero ser como mi papá’, ¿a qué se referirá? ¿A usar falda, maquillarse, invitar a otros hombres a dormir con él?… Por otra parte, no se puede dejar de mencionar la grave posibilidad de que una pareja de homosexuales desee adoptar niños con el perverso propósito de utilizarlos para pornografía infantil, abuso sexual, prostitución, etc”.

Y ahora resulta que el estilo de vida de los homosexuales es siempre el mismo: travestismo, falda, maquillaje, es de suponerse que tacón alto. Y como los homosexuales no quieren pasar la noche solos, invitan no un hombre sino al colectivo Hombres a dormir con ellos. También, la Arquidiócesis confunde delitos (pederastia, encubrimiento de sacerdotes como Marcial Maciel) con derechos civiles;

Antonio Chedraui, arzobispo ortodoxo, opina sobre la legislación que permite las bodas de parejas del mismo sexo (Nota de Ruth Rodríguez y Nurit Martínez, El Universal, 18 de enero de 2010): “Dios creó hombre y mujer, no creó dos hombres ni dos mujeres; entonces, por qué se quiere ir en contra de la ley de Dios…. Nosotros estamos por la familia, y si se quiere destruirla, no estaremos con los brazos cruzados, estamos dispuestos a todo”.

No es fácil tomar el Génesis al pié de la letra. De modo que Dios con tal de no dar marcha atrás en su idea de la pareja única, fomentó industrialmente el incesto. ¿O, breve interpolación, qué opina Chedraui de los primeros versículos del Capítulo 6 del Génesis?:

1. Y acaeció que, cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas,
2 Viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomáronse mujeres, escogiendo entre todas.
4 Habían gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que entraron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos: éstos fueron los valientes que desde la antigüedad fueron varones de nombre.

Si confiamos en el libro fundamental del cristianismo y no lo consideramos mitología, encontramos que Dios hizo a los hombres y a las mujeres no de uno en uno sino, como se ha visto, de muchos en muchos. Y, además, ¿qué entiende el arzobispo por “estar dispuestos a todo”? ¿Lo que nosotros pensamos o lo que no queremos siquiera imaginar?

Por segunda ocasión, la PGR promueve un recurso de inconstitucionalidad en contra de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal. La primera, en abril de 2007, en contra de la despenalización total del aborto en la Ciudad de México; en la rectificación lo acompañó la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, dirigida por el parapresbitero José Luis Soberanes. La Suprema Corte de Justicia desechó la demanda. Ahora, según la PGR: “La reforma a los artículos 146 y 391 del Código Civil del Distrito Federal —que regulan las figuras del matrimonio y la adopción, respectivamente—, violan los artículos 4, 14,16, 133 constitucionales”. Esta reforma viola el principio de legalidad, ya que se aparta del fin constitucional de protección de la familia y de salvaguarda de los derechos de los niños… La reforma se aleja del deber estatal de salvaguardar el interés superior del niño, cuya supremacía ordena la Constitución mexicana y cuyos alcances establecen los tratados internacionales y han interpretado los propios tribunales mexicanos.

El barroco del enredijo seudo-jurídico: según la PGR la adopción, prevista en el artículo 391 del Código Civil del Distrito Federal, no cumple con el principio de legalidad al no haber tomado en cuenta la supremacía del interés superior del niño, colocado por encima de cualquier otro derecho. Además de que asegura que omitió considerar que todo menor tiene derecho al modelo de familia concebido expresamente por el Poder Constituyente Permanente en el dictamen de la reforma de 1974 a tal dispositivo constitucional”.

La PGR se imagina a gusto el texto de artículos constitucionales. ¿Por qué están tan seguros los asesores del Abogado de la Nación de que la reforma omite considerar que todo menor tiene derecho al modelo de familia? ¿Por qué hace de su temblorina argumentativa el gran acto jurídico, y de dónde saca que existe sobre la tierra un solo modelo de familia, en pleno olvido de Los Simpson y de la familia de Pepe el Toro en Nosotros los pobres? ¿Por qué la PGR no prohíbe también el divorcio y las madres solteras, que también viola “la supremacía del interés supremo del niño”, y no persigue a todas las familias que se apartan del modelo, tal vez un 50 o 60 por ciento, si nos atenemos a las madres solteras y a las cifras de la violencia intrafamiliar? Además, según esto, lo cáido cáido: si existe la figura jurídica de las sociedades de convivencia no pueden aprobarse otras sobre esta materia porque, ¡qué blasfemia! sería refrendar la gran anomalía: las parejas del mismo sexo pueden acumular derechos. ¿Y de qué modo, según dice, esta reforma va a generar conflictos jurídicos en el resto de las entidades federativas y de la federación y va a trastocar el sistema federal y las instituciones del derecho de la familia? La PGR da a conocer la nueva teoría de la jurisprudencia epidemiológica: la ley de una ciudad puede infectar a todas las demás y seguirse hasta infectar al todo. Una ley solita desata la pandemia que arrasará el mundo legal hasta hoy conocido.

Felipe Calderón Hinojosa defiende en Tokio la controversia constitucional de la PGR en contra de los matrimonios del mismo sexo (Nota de Claudia Herrera, La Jornada, 3 de febrero de 2010): “La Constitución de la República habla explícitamente del matrimonio entre el hombre y la mujer, y ahí hay simplemente un debate legal que tiene que ser resuelto por la Suprema Corte, pero no tiene ésta ninguna intencionalidad política ni parte de ningún prejuicio… Yo, desde luego, respeto plenamente las preferencias sexuales de las personas y a las parejas integradas por personas del mismo sexo, pero la procuraduría presenta año tras año decenas de controversias constitucionales donde hay una duda razonable sobre la constitucionalidad de una disposición de un ámbito legislativo”.

Valdría la pena que el Presidente nos diera una fotocopia del ejemplar de la Constitución que usa, porque en la que circula su hallazgo explícito no se localiza por ningún lado. Se habla de la familia sin especificar, como quiere ahora el clero y seguramente la PGR, que ésta deba constar de padre, madre, muchos hijos, nietos y confesor, pero del matrimonio entre hombre y mujer, simplemente no hay registro. Es muy probable que esto se deba al jacobinismo ateo o a la falta de previsión de los constitucionalistas o, quizás también, a que en la Libre de Derecho, de la cual el licenciado Calderón es el jurista más ilustre, se maneja otra Constitución. La que circula en el mundo laico dice lo siguiente en el Artículo Cuarto: “El varón y la mujer son iguales ante la ley. Esta protegerá la organización y el desarrollo de la familia. Toda persona tiene derecho a decidir de manera libre, responsable e informada sobre el número y el espaciamiento de sus hijos… Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias, el estado civil, o cualquiera otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas”. Repetimos: el hombre y la mujer… ¿De dónde se extrae la un tanto peregrina conclusión: la igualdad ante la ley del varón y la mujer es idéntica al matrimonio del hombre y la mujer?

A ratos, don Felipe se acuerda de que hay, por lo menos, cientos de miles de mexicanos con otras preferencias (y algunos con otras lecturas, más textuales, de la Constitución, donde no se inventa a pedido el matrimonio entre hombre y mujer, aprovechándose mañosamente del escaso conocimiento jurídico de los periodistas japoneses). Debido a eso, con astucia que sería meritoria de no refrendar la índole de su orden a la PGR, afirma: “Respeto plenamente las preferencias sexuales de cualquier persona, así como a las parejas integradas por personas del mismo sexo”. ¡Qué hábil! Las respeta siempre y cuando no se les ocurra tener derechos, y oponerse a los dictámenes de los obispos; las respeta siempre y cuando acepten que pueden vivir juntos o juntas pero no pasear jurídicamente de la mano ante un juez.

Calderón insiste: la demanda de inconstitucionalidad no tiene fines políticos. ¿Qué acción de los gobiernos carece en primera y última instancia de fines políticos? ¿No es un fin político proceder contra los “que atentan contra la ley de Dios”, a nombre de falsas argucias? ¿No es político el igualar un gobierno con las campañas del episcopado? Escribe Jacobo Zabludovsky: “El peligro no está en los matrimonios entre personas del mismo sexo, que no nos distraigan. El peligro inminente y cierto está en la unión ilegal aunque natural de un presidente y un cardenal. Esa boda sí es preocupante”. (El Universal, 8 de febrero de 2010)

La campaña la encabeza el cardenal primado Norberto Rivera: “De verdad México está padeciendo muchos males, la influenza, la violencia, la pobreza, el desempleo, y junto con estos males también nos llega la noticia de una ley mala y perversa para el Distrito Federal que no fue consultada” (23 de diciembre de 2009). El 10 de enero de 2010, Rivera insiste en otra homilía:

A nosotros, venerables hermanos, también nos quieren prohibir hablar en nombre de Jesús, predicar su doctrina, cumplir con el mandato del Señor de anunciar la Buena Nueva, defender el vínculo sagrado del matrimonio al que San Pablo comparó con el amor con que Cristo ama a su Iglesia, y no, no podemos callar, pues podremos escapar de los tribunales de los enemigos de Cristo, pero no evadiremos el tribunal supremo de Dios, quien nos pediría cuenta de nuestra cobardía por avergonzarnos de su nombre y por no defender al rebaño del lobo que mata y dispersa a las ovejas.
Leer para creer: del matrimonio gay como el lobo que mata y dispersa a los feligreses.

Don Alberto Suárez Inda, arzobispo de Morelia, en una conferencia de prensa de la Conferencia Episcopal Mexicana, teoriza (Nota de Carolina Gómez Mena y Claudia Herrera, La Jornada, 20 de enero de 2010): “Lo importante es que el hombre tenga capacidad de dominio sobre sus propias pasiones, sobre sus instintos y sepa comportarse a la altura de lo que es una persona que se precia de ser respetuoso de los demás, que sepa valorar su cuerpo y entienda el verdadero sentido del amor, que implica donación y felicidad”.

Y ya Alberto sorprendió gratamente a los zoólogos cuando consideró: “Los perros no hacen el sexo entre dos del mismo sexo”.

Habla José Guadalupe Martín Rábago, arzobispo de León, durante la misma conferencia de la CEM (Nota de Susana Moraga, Reforma, 20 de enero de 2010): “El ejercicio de la homosexualidad es una desviación, objetivamente hablando, es una falta moral, y voy a subrayar la palabra: objetivamente hablando, porque lo que sucede en el interior de la conciencia de una persona sólo Dios lo puede juzgar”.

Don José Guadalupe no es un homófobo sino un enemigo de las apariencias. De acuerdo a su creencia, la homosexualidad es una falta moral, y está en su derecho de así juzgarlo, tal vez porque intuye otro Decálogo: “No le guiñarás el ojo a tu prójimo, ni le abrirás la puerta de tu recámara, ni le regalarás fotos de Cristiano Ronaldo”. Pero quizás se excede al situar objetivamente hablando a la “desviación”. ¿Quién tiene aspecto de “falta moral”? Y, ya que si no todos caminan por la calle como la Bikina o la Chica de Ipanema, ¿por qué no don José Guadalupe organiza una rogativa para que el interior de la conciencia se traslade al rostro, los ademanes y la ropa?

“Niños juguete”, publicado en El Semanario, de la Arquidiócesis de Guadalajara (Nota de Mauricio Ferrer, La Jornada, 31 de enero de 2010): “Es verdad que algunos pequeños están creciendo bajo el techo de parejas homosexuales. Y, con base en que el hecho está teniendo lugar entre nosotros, algunos argumentan que la legislación debe ofrecer un marco legal a lo que está ocurriendo… En tal sentido, entonces deberíamos legalizar todos los asesinatos, el narcotráfico o cualquier otra actividad que ya se hizo común para muchos… ¿Para qué están las leyes? ¿Para tutelar el orden o para ponerse al servicio de lo que sucede en la calle? El caso es que este principio suele ser mantenido según conveniencia, ya que a nadie se le ocurre decir que la ley no deba penalizar el robo, por ejemplo, basándose en el hecho incuestionable de la existencia de carteristas y asaltantes… Los menores arrastran graves complejos al ser adoptados por parejas homosexuales… No es que los homosexuales, por naturaleza, sean malos o menos buenos que los heterosexuales, o más malos que otros. No. Sólo aplica el sentido común: se necesita lo femenino y lo masculino delante del niño.”

Por lo visto, escasean los obispos sin un depósito de almas muertas al lado. Otro ejemplo viene de Pedro Pablo Elizondo, obispo de Cancún-Chetumal, que se expresa en contra de la unión de los semejantes (Nota de Hugo Martoccia, La Jornada, 2 de febrero de 2010): “En el caso de los matrimonios gays, estoy del lado de Dios, que ha enseñado que tal unión sólo se da entre varón y hembra. El matrimonio es entre el hombre y la mujer; las otras, las sociedades de convivencia no son matrimonio… La palabra matri monium tiene que ver con la función de la madre, y en eso no hay madre, porque no tienen madre, eso no es un matrimonio. Estas uniones no tienen madre y la iglesia católica no es homofóbica porque es la única institución que se ocupa de ellos cuando se están muriendo de sida.”
Le faltó al primer obispo proveniente de los Legionarios de Cristo, discípulo fiel del padre Marcial Maciel, cobrar la generosa despedida a los enfermos. Está bien que reciban la limosna de la extremaunción, pero las familias deben ser agradecidas.

Hugo Valdemar, vocero de la Arquidiócesis de México, subraya, desde el montículo de la autoridad moral, la “falta de serenidad” en torno al debate de los matrimonios del mismo sexo (Nota de Gabriel León Zaragoza, La Jornada, 2 de febrero de 2010): “El repudio de los intelectuales ha sido histórico hacia la Iglesia. Han sido formados en un ambiente jacobino, anticlerical, y como está de moda golpear a la Iglesia, pero ellos siguen la corriente de moda. Creen que eso es un gran despliegue de brillantez (sic) cuando en realidad es vergonzoso que se dé esto”.

De los avances
La Ley de Sociedad de Convivencia, aprobada el 9 de noviembre del 2006 por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal y en vigencia a partir del 16 de marzo de 2007, da reconocimiento legal a los hogares formados por personas sin parentesco consanguíneo o por afinidad. La ley contempla y determina ciertos derechos y obligaciones para los miembros de la sociedad de convivencia, de los que carecían muchas familias antes de la creación de esta ley. Entre otros, se define el derecho a heredar (la sucesión legítima intestamentaria), la subrogación del arrendamiento, los alimentos en caso de necesidad y la tutela legítima —en casi todo México sólo gozan de estos derechos los ascendientes, descendientes o el cónyuge legal de una persona. A esta ley la distinguen el activismo lésbico-gay a su favor, y el que los medios de comunicación y la iglesia católica la presente como legislación que equipara los convenios homosexuales con el matrimonio, en rigor, esta ley no reconoce vínculos familiares y solamente concierne a los adultos de cualquier sexo o género que las subscriban. El hecho de establecer una sociedad de convivencia no cambia el estado civil de los convivientes, que continúan legalmente solteros. El Arzobispado critica arduamente a las Sociedades de Convivencia, y luego se olvida de los males que traería al país.

Me he extendido en la compilación de ansiedades homofóbicas que proseguirán sin variantes; falta mencionar la gran novedad de esta batalla cultural, política, de ética y moral. De modo insólito, como apenas sucedió con las Sociedades de Convivencia han intervenido en defensa de la igualdad ante la ley legisladores, juristas, escritores, periodistas, Organizaciones No Gubernamentales, articulistas, comentaristas radiofónicos, radioescuchas y organizaciones de la diversidad sexual.

No ha sido, como se ha dicho muy a la ligera, un enfrentamiento del sector gay con la iglesia católica, el PAN, la ultraderecha, el gobierno de Calderón y la PGR. Aunque el debate actual no hubiese sido posible sin los cuarenta años del feminismo y del activismo lésbico-gay, esta vez en el espacio público y en su mayoría, son heterosexuales los defensores del Estado laico y los derechos de las minorías. Para empezar, los asambleístas del PRD en la ALDF. También, y de manera muy destacada, Marcelo Ebrard el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, al tanto de los “costos políticos” (en sus aspiraciones en 2012) que traerá su respaldo al aborto, bodas gay y adopción, tendrá costos políticos: “Son de esas disyuntivas de la política de fondo, desde luego que muchos me dicen, ‘no te metas en esos temas’, pues se puede polarizar la opinión… Sí va a tener costo con una parte de la población que no ve bien esas medidas, pero tienes que promoverlas porque ese es el compromiso primordial que tenemos” (10 de enero de 2010). El 29 de enero, Ebrard crítica al titular de la PGR, Arturo Chávez Chávez, por la acción de inconstitucionalidad interpuesta en contra de los matrimonios gay, que califica de “grave error”, de intromisión del gobierno federal en las instituciones de la ciudad, y de un intento por limitar los derechos de las personas.
Y también Luis González Placencia, presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), advierte:

Así como la Secretaría de Gobernación se retractó de las declaraciones del presidente Calderón (los jóvenes asesinados en Ciudad Juárez, Chihuahua, fueron ejecutados en una riña entre pandillas), sería muy interesante que la administración panista ofreciera una disculpa por las afirmaciones del mandatario en torno a los matrimonios homosexuales. (8 de febrero de 2010)

Son pobres los resultados de la muy amañada encuesta del PAN, “el partido de la derecha moderna”, donde se habla de “pecado” y se presenta al matrimonio gay como “peligro”: 53 por ciento en contra de los matrimonios y 47 por ciento a favor. ¿Es esa una victoria arrasadora? En muy buena parte del país la mayoría de los encuestados se pronuncia a favor del matrimonio gay y en contra de la adopción, por otra parte con mucho tiempo de existir. Y la controversia en la opinión pública, muy intensa, ofrece un panorama inesperado y no tanto: sectores amplísimos transitan de la etapa de la tolerancia (un espacio de amnistía y buena voluntad) a la etapa de la modernización de las leyes y del respeto a la igualdad ante la ley. Como en el caso de la salud reproductiva, los derechos del colectivo LGBTI son ahora también parte de la causa general del desarrollo civilizatorio. Aún tomando en cuenta las resonancias negativas y el clima de homofobia febril, éste es un gran avance.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Se disculpa Paquita la del Barrio con la comunidad gay

Se disculpa Paquita la del Barrio con la comunidad gay
La cantante Paquita la del Barrio se dijo profundamente arrepentida por las declaraciones que fueron consideras como homofóbicas y aceptó que personas gays han sido importantes en su vida y en su carrera.

Adriana Becerra Rojas. Anodis
Ciudad de México.- Después del escándalo provocado por las declaraciones de la cantante Paquita la del Barrio, las cuales fueron consideradas como homofóbicas por organizaciones de gays y lesbianas, la interprete convocó a los medios de comunicación en el club gay Spartacus, ubicado en Cd. Nezahualcoyotl, en donde ofrecerá una disculpa pública a la comunidad gay.

“Con un profundo arrepentimiento, ofreceré públicamente una disculpa la comunidad gay de todo el mundo; a su vez, les ofreceré un concierto a todos ellos, en este lugar donde en los inicios de mi carrera, me fueron abiertas las puertas para darme a conocer y que en ocasiones al día de hoy frecuento”.

Paquita la del Barrio aseguró en un comunicado de prensa que sus declaraciones no fueron homofóbicas pero reconoció que siendo una figura pública al emitirlas causaron un severo daño a la comunidad gay y añadió: “Sin querer excusarme, estas declaraciones son en parte debido a la pobre educación que yo tuve al criarme en un pueblo en que, de manera regular y por costumbre, siempre han existido esta clase de prejuicios”.

La popular cantante de temas como “Rata de dos patas”, y “Cheque en blanco” se mostró segura de que cuenta con el apoyo y cariño de personas gays quienes han sido fundamentales en su vida y en su carrera e incluso, dijo, “mis propios hijos me hicieron recordar que cuando yo llegué a la capital en los inicios de mi carrera, la persona quien los cuidaba era un amigo que era gay”.

Sin embargo, Paquita la del Barrio mantuvo su postura acerca de la adopción de niños por parte de las parejas homosexuales. “Pienso que no se les debería permitir llevarlo a cabo ya que considero que estos niños podrán ser lastimados al ser discriminados por la comunidad debido a los prejuicios que existen hoy en día”.

Finalmente exhortó a los medios de comunicación, escuelas y al público en general a educar sobre el tema de la igualdad y el respeto y reiteró su “profundo arrepentimiento” por la forma en cómo se expresó.

Lo anterior ocurre luego de que la Alianza Gay y Lésbica Contra la Difamación (GLAAD) consideró que los comentarios de la cantante Paquita la del Barrio en contra de la adopción de niños por parte de parejas gay son crueles e insultantes contra una comunidad que lucha por la igualdad de derechos.

“GLAAD exige que la cantante mexicana se disculpe por los comentarios que hizo el fin de semana del 13 de marzo la cantante Paquita la del Barrio quien le dijo a un reportero que ella preferiría que un niño muriera de hambre en vez de ser adoptado por padres gays”, señaló la organización en su página web.

GLAAD indicó que los comentarios de la intérprete son ofensivas para muchas parejas que han creado hogares no tradicionales y le exige una disculpa pública.

“Esto no sólo es cruel sino también es insultante a las cientos de miles familias en México y el resto del mundo que son encabezadas por padres gays”, añadió GLAAD.

Si homosexuales adoptan violarían a los niños, dice diputado del PRI Cristian Vargas

“No cuidan ni a los de su sangre, menos lo harán con los hijos que adopten”, dijo en la ALDF.

Raúl Llanos, La Jornada

México, DF. El diputado local del PRI Cristian Vargas aseguró que están en contra de que las parejas homosexuales adopten niños, porque corren el riesgo de ser violados.

Para el priísta, se han dado caso de niños que han sufrido ese tipo de abusos al vivir con parejas del mismo sexo.

En entrevista radiofónica con W Radio, Cristian Vargas expresó que si los homosexuales “no cuidan ni a los de su sangre, menos lo harán con los niños adoptados” quienes incluso podrían sufrir violaciones por parte de esa gente.

Por ello, insistió, harán lo que sea posible para que las parejas homosexuales no puedan adoptar.

martes, 16 de marzo de 2010

8 razones para celebrar el matrimonio gay

Después de que el 21 de diciembre de 2009 fuera aprobado el matrimonio gay; el 4 de marzo de 2010 entrara en vigor la reforma al código civil del DF y el 11 de marzo se celebraran las primeras uniones civiles, es momento de celebrar.

Redacción Anodis

Las celebraciones no sólo deben ocurrir en la esfera privada de quienes unirán sus vidas hasta que “su capacidad de amar y perdonar se los permitan”, como dijera la jueza que en representación de la sociedad y las leyes declaró en legítimo matrimonio a 9 parejas en el Hemiciclo a Juárez el domingo 14 de marzo; sino que todos los demás tenemos razones para festejar:

Primero. Porque a pesar del sistema político mexicano cuya base son los partidos, la sociedad civil organizada acompañó una reforma legislativa a favor de la igualdad. No se puede entender el proceso legislativo que reformó el código civil del Distrito Federal para permitir el matrimonio y el concubinato entre personas del mismo sexo con derecho a la adopción, sin la participación de la organizaciones civiles que con su experiencia, su activismo y sus argumentos, dieron la batalla desde los salones legislativos, los medios de comunicación y los espacios públicos tradicionales. Celebremos que los ciudadanos, bajo ciertas circunstancias, podemos encontrar en los partidos un aliado para conseguir objetivos sociales.

Segundo. Porque el matrimonio entre personas del mismo sexo despertó otros debates públicos de manera paralela pero igual de relevantes. Es verdad que en la laicidad del Estado no recae necesariamente el alcance de anhelos progresistas. Pero en este caso, apuntalar una causa de avanzada, de derechos humanos, sirvió para exhibir que México necesita fortalecer el carácter de su Estado Laico; donde la premisa es la libertad de creencias y convicciones filosóficas, antes que la confrontación con los cultos religiosos.

Tercero. Por que el movimiento LGBT de México, a pesar de sus históricas diferencias, encontró un motivo de unidad sustantiva, más allá de lo adjetivo; pues incluso aquellas voces críticas que señalaron posibles inconsistencias en la reforma legislativa, aquellos que no creen ni creerán en el matrimonio por tratarse de una institución social desgastada y propia del mundo heterosexista, hicieron aportaciones valiosísimas para lo que hoy es una realidad. Ahí radica en esencia la unidad por lo menos simbólica que para mucho parecía imposible.

Cuarto. Porque hemos asistido a una relevo generacional en el movimiento social de la diversidad sexual. Jóvenes con nuevas ideas, con nuevos planteamientos y con un ánimo renovado, participaron y participan en la consecución de una lucha inspirada en valores de suyo positivos, y alejada del resentimiento social. Jóvenes que sin claudicar, optaron por la vía institucional y en la argumentación civilizada de las ideas, pero también con la capacidad de levantar la voz cuando fue necesario.

Quinto. Porque en el sinuoso camino del reconocimiento legal del matrimonio entre personas del mismo sexo se lograron articular alianzas, identificar instituciones y actores solidarios, de tal manera que todos abonaron para que la iniciativa fuera presentada, discutida, aprobada y defendida a capa y espada. Ahí está el apoyo decidido del gobierno del Distrito Federal, de las fracciones parlamentarias de la Asamblea Legislativa del Partido de la Revolución Democrática, el Partido del Trabajo, el Partido Nueva Alianza, incluso del Partido Revolucionario Institucional aunque al final se abstuvo pero tampoco apoyó la acción de inconstitucionalidad. El apoyo también se vio desde algunas dependencias del Gobierno Federal, contraviniendo la posición oficial calderonista, como fueron CENSIDA y el CONAPRED. Y lo mismo de la Comisión de Derechos Humanos del DF, y de la CNDH, ésta última al no participar en una impugnación ante la Corte contra el matrimonio gay; instituciones académicas, el Tribunal Superior de Justicia del DF, entre tantas otras instancias comprometidas por lo menos en una causa.

Sexto. Porque sin el despliegue oneroso de recursos, fue posible enfrentar la reacción de la derecha, la que normalmente cuenta con importantes capitales y todos los medios a su alcance para expresar su oposición a las causas liberales. Redes sociales, grupos virtuales, espacios en Internet fueron todos de gran utilidad para dar a conocer los argumentos jurídicos, sociales, médicos, antropológicos, políticos, y de toda índole para apuntalar la reforma al código civil del Distrito Federal. Lo mismo ocurrió con foros, debates, manifestaciones, consultas, y herramientas de comunicación y medios que cultivaron una misma idea por la igualdad.

Séptimo. Porque los medios de comunicación colectiva en su gran mayoría exhibieron madurez informativa y sintonía con la corrección política, rechazando a través de las voces más respetables de la opinión pública la discriminación y la homofobia, así como mostrando sensibilidad para dar cabida a todas las voces, a favor y en contra, de tal manera que fuera el público quien finalmente asumiera una postura. En la ciudad de México, la geografía más importante para este asunto particular, se consiguió que la mayoría de la población apoyara el matrimonio entre personas del mismo sexo. Ahora sólo falta seguir incidiendo en el tema de la adopción.

Octavo. Porque se hizo patente que no es necesario un representante legislativo con una orientación o identidad sexogenérica diferente para impulsar la agenda de la diversidad sexual. Así como el diputado David Razú es heterosexual y el principal impulsor del matrimonio entre personas del mismo sexo, no fueron pocos los heterosexuales que en los diferentes momentos manifestaron su apoyo a la reivindicación de los derechos LGBT. Con esto se derriba también la hipótesis de que el fenómeno del voto rosa puede lograrse con personas con características específicas, por el contrario, basta con mostrar plataformas electorales consistentes.

Por todo esto, celebremos que después de 32 años de que el movimiento LGBT de México saliera a las calles, en 2009-2010 se ha alcanzado un logro más; celebración que no implica bajar la guardia, por el contrario la seguridad de que la comunidad LGBT debe ir por más. ¡Felicidades!

lunes, 15 de marzo de 2010

Matrimonio homosexual: Entre la doble moral liberal y el conservadurismo

¿Cuáles son las paradojas del discurso liberal frente al tema de los derechos de las minorías sexuales? En esta entrevista exclusiva para Letra S, el sociólogo francés Eric Fassin habla de la naturaleza del prejuicio y la necesidad que tiene hoy la Iglesia católica de modernizar su mensaje y construir una teología democrática. Analiza también cómo la derecha política francesa busca a su vez modernizarse defendiendo, en materia sexual, las mismas tesis que hace diez años sostenía
una izquierda conservadora. El matrimonio gay, un tema controvertido
que sigue dividiendo las opiniones, encuentra hoy en Fassin
a uno de sus comentaristas más lúcidos y desprejuiciados.

Carlos Bonfil

¿En qué medida la persistencia de prejuicios morales, en el campo de la sexualidad, obstaculiza en América latina el desarrollo de una democracia sexual?
Al hablar de prejuicios nuestra visión suele confundir la ilusión y la realidad. Consideramos que si la gente conociera la realidad, pensaría de otra forma. En esta visión liberal, la ignorancia es nuestro adversario. Tal vez sea cierto, pero eso no lo es todo. En Estados Unidos vemos que la gente es más tolerante con respecto a la homosexualidad si conocen a alguien que es gay. Hay un aspecto político en la salida del closet, pues cambia la homofobia al hacernos pensar que esos homosexuales bien pueden ser cualquiera de nuestros amigos, un primo, una hermana, etc. Conocer a los homosexuales puede cambiar los prejuicios. Creo también que existe algo que podemos llamar una educación. Hay una educación escolar para las cuestiones sexuales que aborda los problemas de la homofobia y el sexismo. También existe esa educación en los debates públicos. Estoy convencido que el debate sobre el PACS en Francia, a finales de los años noventa educó a la sociedad francesa. Personas que jamás habían reflexionado acerca de la homosexualidad, de modo diferente a lo relativo al aspecto puramente sexual, tuvieron que reflexionar y concluir que los homosexuales no reducían su vida únicamente a la sexualidad. Tienen también una vida social y lazos amistosos y amorosos. Los prejuicios existen y hay que combatirlos de diversas maneras, pero también hay desacuerdos políticos sobre la organización de la sociedad. Los adversarios de quienes creemos en los valores de la libertad y la igualdad en materia sexual, no son necesariamente ignorantes, pueden conocer también a homosexuales, pero consideran que no es legítimo legitimar la homosexualidad. Un ejemplo de ello es la iglesia católica, la cual conoce la homosexualidad, en parte porque en la Iglesia hay muchos homosexuales. Por ello eligió excluirlos de manera activa de su seno mediante un reglamento del 2005. No hay en realidad ignorancia, simplemente una decisión de tipo político. Es preciso combatir a la ignorancia porque que la mayoría de la gente no tiene una opinión definitiva sobre la homosexualidad. Nuestros adversarios no los convencerán, pero nosotros sí podemos esperar convencer a aquellos cuyo pensamiento no se articula en el rechazo abierto de la democracia sexual.

¿Los conservadores luchan por el mantenimiento del orden simbólico y del orden social?
Yo preguntaría, ¿por qué todo esto les molesta y les perturba? En lugar de plantearnos cómo hacer para que la gente sea más abierta, tendríamos que preguntarnos por qué se cierran. ¿Qué tienen que perder? Creo que lo que los conservadores y reaccionarios, incluida la izquierda conservadora, piensan perder es primeramente un privilegio. Cuando eres heterosexual, o blanco, u hombre, es decir, cuando estás del lado de la mayoría, eres una persona normal, y no tienes porque reflexionar a propósito de la norma. La inquietud que puede surgir frente a la democracia sexual es reconocer que el orden de las cosas no es necesariamente normal. No hay razón alguna para que la heterosexualidad sea mejor que la homosexualidad. Cuando estamos colocados del lado de la norma, de la mayoría, se produce un malestar, pues pensamos que posiblemente la heterosexualidad no es, por sí sola, normal.

¿Este orden sería entonces algo particularmente frágil?
Al manifestarme en Francia a favor de las uniones homosexuales algunos colegas dejaron de hablarme, alguno de ellos me dijo incluso que los homosexuales querían tenerlo todo, a la vez el goce y el reconocimiento de las instituciones. Lo que él quería decir en realidad es que los homosexuales que obtuvieran el reconocimiento de la institución, no deberían procurar además el goce. Existe la inquietud de que si la heterosexualidad no se instituye como norma, nada nos asegura de que la gente tendrá ganas de seguir siendo heterosexual. Esta inquietud es por supuesto absurda, pero creo que es la razón por la que muchos resisten, incluso aquellos relativamente liberales y abiertos. En el fondo temen que la heterosexualidad sólo mantenga su vigencia por el hecho de ser una institución. No imaginan un instante lo que sería la heterosexualidad de no ser lo que hoy es: la norma. Esta inquietud es psicológica. Hay también, de parte de los reaccionarios, una inquietud política. Para ellos (y esta es la posición de la Iglesia y el Vaticano), si comenzamos por alterar la norma heterosexual, ninguna otra norma parecerá ya absoluta. No es únicamente la homosexualidad la que está en cuestión, sino también el papel de las mujeres, y de manera general el papel de la Iglesia, que consiste en ofrecer un fundamento a la norma social. Si las normas sociales, incluso las más naturales, dejan de ser naturales, esto quiere decir que no existe ya un fundamento absoluto para la norma. ¿Cuál sería entonces el papel de la Iglesia? ¿Podemos decir que el único papel de la iglesia es el de ofrecer principios absolutos y trascendentes?

¿Es posible pensar en la democratización de la Iglesia?
Lo que tendríamos que preguntarnos es si es posible concebir una teología democrática. ¿Acaso la única manera que tiene la iglesia de pensar la verdad es haciéndolo al margen de la Historia? Si existen verdades por encima de la Historia y que la sociedad no puede cambiar, entonces la Iglesia está condenada a estar siempre en contra de la democracia, ya que ésta consiste en que los individuos decidan la manera en que la sociedad debe organizarse. Si la Iglesia dice: no son los hombres los que deciden, sino Dios y la Naturaleza, la Iglesia está inevitablemente en contra de la democracia. ¿Puede entonces la Iglesia crear una teología democrática? Yo respondería que el cristianismo no está, después de todo, mal situado para pensar la cuestión históricamente. El cristianismo es una religión revelada, en la que la verdad tiene una historia. Según la teología cristiana, Dios ha estado siempre presente, pero hay también un antiguo y un nuevo testamento. La verdad no fue entonces revelada de una vez por todas y para siempre. De otra manera, no habría habido necesidad de un Jesús. Si esto es cierto para la revelación, también lo es para toda la teología. ¿Qué hace la teología? Interpreta, relee en función de una Historia. Todo lo contrario del fundamentalismo que sólo busca regresar a los orígenes y anular la Historia. La iglesia católica está en contra del fundamentalismo. Su dilema es decidir si elige el fundamentalismo (la negación de la Historia), o asume las consecuencias de su carácter histórico y trabaja constantemente para obtener la verdad. La teología es un trabajo constante de reinterpretación. Me parece que esa es una posibilidad para que los teólogos se reconcilien con la democracia, pues ésta tiene como tarea afirmar que las verdades no son jamás definitivas. En Francia la Iglesia católica intenta desde hace cuarenta años reparar su error histórico del siglo diecinueve, que fue haberse manifestado en contra de la modernidad y el progreso. Desde los años sesenta esta Iglesia intenta reconciliarse con la modernidad. En Europa, las iglesias, y de modo particular la iglesia católica, no controla ya la vida cotidiana de la gente, sobre todo en lo relativo a la vida sexual. Sabemos que en Francia la contracepción es algo normal, el aborto es relativamente normal (lo que no quiere decir que la gente piense que está bien, pero muchas personas recurren a él). La iglesia católica no influye sobre las prácticas sexuales en Francia y en Europa. La iglesia dice lo que quiere sobre la sexualidad, la gente escucha con un oído distraído, y hace otra cosa. En Europa el Estado es algo importante. El individualismo está ahí muy ligado a la presencia del Estado. No necesitamos depender tanto de la familia y de instituciones como la Iglesia para poder existir. Tal vez en América Latina, con una presencia menor del Estado en la vida cotidiana, la gente debe arreglárselas de modo diferente, por lo que las estructuras de la familia y de la religión se vuelven más importantes. Esto, aclaro, no es más que una hipótesis. Entre más Estado haya, habrá más individuo, y no porque el Estado conduzca la conciencia de la gente o la adoctrine, sino porque las condiciones para existir en tanto individuo están ligadas a esta fuerza relativa del Estado.

Con respecto al matrimonio homosexual, ¿hasta dónde podría llegar la Francia de Sarkozy? ¿Pondrá el presidente un freno a la cuestión o terminará aceptando un pacto de unión civil?
La derecha en Francia está dispuesta hoy a declararse feminista, pero no por ello favorable a la homosexualidad. La izquierda gana un poco de credibilidad cuando aborda los temas de la homosexualidad y la inmigración. Nicolás Sarkozy dice: yo nací heterosexual, mientras la izquierda busca abrir las puertas al matrimonio gay. Hay en este tema una clara diferencia entre la izquierda y la derecha. Por el momento, Sarkozy no está dispuesto a escoger la solución holandesa. No está preparado para decir que los homosexuales deben gozar de la libertad de casarse, aun sí dice que las mujeres deben gozan de la libertad de poder abortar. Todo esto puede cambiar, por supuesto. Sin embargo, por el momento, el presidente es el primer hombre político de derecha que ha comprendido el error que cometió la derecha durante la discusión del PACS. Desde el verano de 1999, justo antes de la votación de la ley, había explicado a las juventudes de su partido (el UMP), que la derecha se había equivocado al oponerse al PACS, ya que eso le hacía verse reaccionaria. Por otra parte, jamás ha hecho declaraciones públicas homófobas, ya que le preocupa reivindicar siempre la modernidad. Quiere estar del lado de la democracia sexual. Al mismo tiempo tampoco se opone con vigor a la exclusión de los homosexuales y avala la conducta homofóbica de algunos de sus diputados. El discurso es doble: estar a la vanguardia de la lucha contra la homofobia, pero no sancionar jamás a los homófobos del propio campo político.

En el tema de la homosexualidad, el presidente se encuentra hoy paralizado. Alguna vez dijo: quiero hacer un contrato de unión civil que podría ser como el matrimonio. Y de inmediato añadió, pero nada de niños. Esta era finalmente la solución que defendían los conservadores de izquierda hace diez años. Es la posición actual de la derecha moderna, con posturas que tuvo la izquierda conservadora hace una década. Y Sarkozy no hace nada a favor de ese contrato de unión civil, ya que si intenta avanzar en el terreno de la modernidad, se topará primero con los homófobos de su partido que pondrán el grito al cielo, y luego tendrá que vérselas con las asociaciones homosexuales que dirán que nada de eso es suficiente. No tiene entonces nada que ganar, pues no dejará a nadie contento. A lo que le apuesta hoy es a figurar como un hombre moderno en el escenario internacional, particularmente al comprometer a Francia en la lucha por la despenalización de la homosexualidad. La conclusión a la que llega es que sólo es posible ser progresista y moderno en territorio extranjero, pues de quererlo ser en terreno propio, habría que ser consecuente y avalar el matrimonio gay. Ser progresista en materia sexual se resume entonces a dar lecciones de modernidad a los africanos o a los musulmanes

sábado, 13 de marzo de 2010

 
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MATRIMONIOS SIMBOLICOS ENTRE PERSONAS DEL MISMO SEXO EN LA CIUDAD DE OAXACA: UN PASO ADELANTE

Juan Antonio Canseco/Disidencia Queer

En un ambiente festivo, incluyente, de orgullo y de celebración, el día sábado 13 de marzo la Alameda de León fue testigo de un acontecimiento histórico: 13 parejas del mismo sexo contrajeron simbólicamente matrimonio .

Aun cuando fue un hecho simbólico, este acontecimiento no es un asunto menor, pues la comunidad LGBTI de la ciudad se suma a la avalancha mundial de reinvindicaciones y activismo en benefeficio de las personas con orientaciones sexuales diferentes, de afirmación de su identidad y de exigencia de igualdad de derechos

13 parejas, 8 de mujeres, 3 de hombres y dos heterosexuales, (al fin de cuenta la diversidad la formamos tod@s) decidieron contraer matrinomio simbólico en un acto político y de reivindicación para hacer visible el derecho al matrimonio que tenemos todos y todas las personas, independientemente de nuestra orientación sexual y hacer patente la necesidad de legalizar la unión entre personas del mismo sexo, como ya es fue hecho en la Ciudad de México.

Ante el asombro, solidaridad, simpatía, incredulidad y alguno que otro rechazo (que fue la minoría) , las personas que transitaban en la Alamenda, miraban a las parejas de gays y lesbianas, que con valentía y orgullo daban muestras públicas de amor y de carino, mientras esperaban pacientemente la ceremonia que los uniría en simbólico matrimonio.

Alrededor de las 12:30 ante un público de aproximadamente 500 personas dio inició el singular acontecimiento con la presentación de un performance realizado por estudiantes del CEDART. Posteriormente fue leido el pronunciamiento por personas de la Sociedad Civil, Diversidades A.C., Católicas por el Derecho a Decidir y el Colectivo Disidencia Queer, quienes fueron los anfitriones de este evento.

Dos juezas fueron las encargadas de unir en simbolico matrimonio a las orgullosas parejas, con una ceremonia que además de presentar elementos jurídicos, mostraba una nueva forma de vivir el matrimonio, mas incluyente, justo y equitativo, mientras el público se deleitaba con los besos y abrazos de las parejas diversas.

El evento concluyó con música de hip hop, mas teatro y baile, sin faltar el tradicional mezcal, después de todo, los derechos de la diversidad es un asunto que merece celebración y gozo.

Queda pendiente el impulso de una agenda política que nos permita incidir en el ámbito jurídico, y en el congreso local con el fin de hacer del matrimonio entre personas del mismo sexo en la Ciudad de Oaxaca una realidad.
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jueves, 11 de marzo de 2010

Se disculpa diputado del PRI con comunidad homosexual

Se disculpa Óscar Levín con comunidad homosexual

Ayer durante la sesión en San Lázaro, el diputado del PRI se refirió a las alianzas entre el PAN y el PRD como un asunto anormal, “casi gay”.

Ciudad de México.- El diputado federal priista, Óscar Levín, se disculpó este jueves con la comunidad homosexual luego de que ayer durante la sesión en San Lázaro se refirió a las alianzas entre el PAN y el PRD como un asunto anormal, “casi gay”.

Antes de iniciar los trabajos de la Cámara de Diputados de este día, Levín Coppel aceptó que cometió un error al calificar de ese modo las alianzas “al calor de la batalla”.

Además de las disculpas, el legislador priista ofreció a la comunidad homosexual ser un gestor de sus demandas ante el congreso.

La diputada federal perredista, Enoé Uranga, quien desde ayer exigió al priista retractarse aceptó las disculpas públicas del legislador del tricolor y le reconoció haber aceptado su error al utilizar la palabra gay de manera despectiva.

Primeras bodas entre personas del mismo sexo en el DF

Se celebran primeras cinco bodas gay en el DF

Las parejas homosexuales conformadas por Emma y Janice, Lol Kin y Judith, Jesusa y Liliana, Jaime y David, Daniel y Temístocles, fueron formalizadas. Atestiguaron el hecho inédito el jefe de gobierno y el ombudsman capitalinos.

Gabriela Romero
Publicado: 11/03/2010 11:46

Se celebran primeras cinco bodas gay en el DF

Reuters

México, DF. En punto de las 12:30 horas, fueron declaradas unidas en legítimo matrimonio con todas las prerrogativas y derechos que les concede la ley, cinco parejas del mismo sexo que se unieron por primera vez en la ciudad de México.

“Es un día histórico para la ciudad de México, porque se deja atrás la concepción tradicional de familia y se deja en libertad para que las personas, sin importar su sexo, puedan contraer matrimonio”, afirmó Hegel Cortés, director del Registro Civil del Distrito Federal, juez a cargo del acto.

Señaló que con esto se deja atrás toda la discriminación que puede haber a este sector de la población. “Este acto tiene plena validez jurídica y administrativa en todo el territorio nacional”, remarcó.

Como testigos de honor del acto efectuado en el Antiguo Palacio del Ayuntamiento, estuvieron el jefe de gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard; la presidenta de la Comisión de Gobierno de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), Alejandra Barrales; Édgar Elías Azar, presidente del Tribunal Superior de Justicia; Luis González Placencia, titular de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), y la consejera Leticia Bonifaz.

En la ceremonia principal fueron unidas cuatro parejas conformadas por Lol Kin Castañeda y Judith Vázquez, Jaime López Vela y David González, Ema Villanueva y Janice Alva, y Daniel Ramos y Temístocles Villanueva.

Minutos después, y debido al retraso de su vuelo procedente de Saltillo, Coahuila, contrajeron matrimonio civil Jesusa Rodríguez y Liliana Felipe, ante la juez Sofía Pérez Gutiérrez. Al término de la ceremonia, Jesusa Rodríguez exclamó: “Que se acabe la homofobia en todos los rincones de México”.

"Nosotras no contemplábamos esto de casarnos", señaló la argentina Liliana a AFP. "Después de 30 años juntas a lo mejor no es lo que más queríamos, pero si a las próximas generaciones les sirve...".

miércoles, 10 de marzo de 2010

Discriminación en el IMSS a matrimonios del mismo sexo

La Jornada

El director general del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Daniel Karam, aseveró ayer que los cónyuges de trabajadores que sean integrantes de matrimonios entre personas del mismo sexo no serán aceptados como derechohabientes de esa institución. El funcionario dijo que, en su interpretación, la Ley del IMSS requiere de una adecuación en el Congreso de la Unión para que se pueda dar de alta como derechohabiente y beneficiario a las personas del mismo sexo, lo que significa, en los hechos, la expresión de un propósito injustificable de exclusión y discriminación, que podría dejar fuera de los beneficios de la seguridad social (atención médica, jubilación y otras prestaciones) a un número aún incalculable de ciudadanos mexicanos con derecho a ella.

La interpretación de Karam es por demás dudosa: la ley referida, en sus artículos 5a, 12 y 13 no, menciona el género ni el estado civil como condición para la afiliación de asegurados y sí, en cambio, asienta la obligatoriedad de la incorporación al Seguro Social. Adicionalmente, en la fracción XII del 5a se define como beneficiario a el cónyuge del asegurado o pensionado y a falta de éste, la concubina o el concubinario en su caso, así como los ascendientes y descendientes del asegurado o pensionado señalados en la Ley, sin distingo de género.

Ciertamente, el artículo 64 habla de viuda del asegurado y de viudo o concubino que hubiera dependido económicamente de la asegurada, y en el 65 se estipula que sólo a falta de esposa tendrá derecho a recibir la pensión señalada en la fracción II del artículo anterior, la mujer con quien el asegurado vivió como si fuera su marido durante los cinco años que precedieron inmediatamente a su muerte o con la que tuvo hijos, siempre que ambos hubieran permanecido libres de matrimonio durante el concubinato; y, aunque en otros pasajes de la ley se hacen menciones al género de asegurados y beneficiarios, no hay un solo punto que prohíba la afiliación –como asegurados o beneficiarios– a cónyuges del mismo sexo.

De lo que no hay duda es del carácter discriminatorio –y, por lo tanto, ilegal– de la postura asumida por el director general del IMSS. La referencia al marco legal que regula esa institución es tan equívoca como la que formuló en días pasados el titular del Ejecutivo federal, Felipe Calderón Hinojosa, cuando, para justificar la querella interpuesta por la Procuraduría General de la República contra las reformas legales que instauraron el matrimonio entre personas del mismo sexo en el Distrito Federal, aseveró que la Constitución habla explícitamente del matrimonio entre hombre y mujer.

Más aun: cabe suponer que la pifia de Karam forma parte de la campaña misógina y homofóbica lanzada por el gobierno federal contra las reformas que han despenalizado el aborto y permitido las bodas de parejas homosexuales y lesbianas en la capital de la República, y que conlleva un inocultable golpeteo político contra el Ejecutivo y el Legislativo del Distrito Federal.

De otra manera, las autoridades federales tendrían que partir de actitudes propositivas, mostrar buena disposición a los avances civilizatorios que han tenido lugar en la legislación capitalina, propiciar una revisión general a las leyes nacionales y promover reformas orientadas a eliminar los aspectos discriminatorios que persisten en ellas, los cuales resultan, ésos sí, contrarios a la letra y al espíritu de la Carta Magna, la cual, en su artículo 1 –parece mentira que haya que recordarlo– ordena: Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas.