Wigunduguid, la doble alma de los varones homosexuales e indígenas en Panamá
Centro Latinoamericano de Sexualidad y Derechos Humanos/ NotieSe
Nandín Solis. activista LGBTI y perteneciente al pueblo kuna, de Panamá
México DF, mayo 25 de 2010.
Nandín Solís, activista transgénero de la comunidad kuna de Panamá, dice que al interior de su grupo indígena “la homosexualidad es tolerada” y el VIH/sida es una epidemia cuya prevalencia duplica a la del resto de la población.
Punto focal en Panamá del Secretariado Internacional de Pueblos Indígenas y Afrodescendientes frente al VIH, las Sexualidades y los Derechos Humanos, Nandín Solís lleva seis años de voluntariado dentro del movimiento lésbico, gay, bisexual, travesti, transgénero, transexual e intersexual (LGBTI). Es orientadora en infecciones de transmisión sexual (ITS), VIH/sida, derechos humanos y diversidad sexual con enfoque en pueblos originarios. Actualmente es facilitadora en la Comisión de Salud Sexual y Salud Reproductiva del Congreso General Kuna, máxima autoridad de la cultura kuna.
La activista comenta en entrevista para el CLAM que una de sus “grandes metas” es conformar una organización indígena enfocada a los temas de diversidad sexual, educación sexual, prevención en ITS y VIH/Sida en el colectivo LGBTI, hombres que tienen sexo con hombres (HSH) y población heterosexual.
¿Cómo, cuándo y por qué inició su activismo por la comunidad LGBTI?
Me inicio en el liderazgo juvenil y deportivo dentro de las comunidades indígenas de Panamá. A partir del año 2003 inicio el activismo en defensa de los derechos de las minorías sexuales, con la peculiaridad del enfoque hacia la población indígena. Invitado por la Asociación de Hombres y Mujeres Nuevos de Panamá (AHMNP), inicio un proceso de formación, empoderamiento y sensibilización en temas de derechos humanos, diversidad sexual y VIH/sida.
Mi objetivo personal es el de expresar y visualizar la realidad de la población LGBTI indígena de mi país ante realidades como la homofobia, la discriminación por etnia y el VIH/sida; así como las sexualidades dentro de los pueblos indígenas, como parte de la diversidad dentro de una posible sociedad inclusiva y realista.
¿Cómo se concibe la diversidad sexual al interior de la comunidad kuna? ¿Se acepta o se rechaza esta condición?
La homosexualidad es tolerada por las autoridades, pero sí se mantiene cierto grado de discreción, para que no choque con las enseñanzas tradicionales kunas. Omeguit es un término despectivo que significa “como mujer”. Se emplea para referirse a los varones homosexuales, los cuales somos educadas por nuestras madres desde muy tierna edad en las labores del hogar y apartados de los trabajos que socialmente se les asignan a los varones heterosexuales. A través de este proceso, los varones homosexuales adquirimos una identidad sexual y social femenina, lo que en nuestra cultura occidental equivale a un transgénero. La homosexualidad femenina, contrario a lo anterior, no es visible. Considero que resulta de la presencia femenina en nuestra cultura como un aspecto sagrado. Ir contra esa creencia no va de acuerdo al rol de la mujer en nuestra cosmovisión.
¿Qué implica ser indígena y sexualmente diverso?
Como transgéneros kunas, al ser educados en nuestras casas para realizar actividades domésticas como coser molas –según la Real Academia Española, “adorno de tela de diversos colores, confeccionado por los indios cunas de San Blas, en Panamá”– nos permite tener una entrada económica para contribuir con la familia, siendo así un miembro útil de la comunidad. Al ser educadas para ser socialmente mujeres, también se nos inculca de forma indirecta que en nuestras relaciones sexuales realicemos el rol receptivo; al mismo tiempo que muchos jóvenes inician su vida sexual con nosotras. El término correcto para referirse a nosotras en lengua kuna es Wigunduguid[1]. La percepción de que somos aceptadas por la mayoría de los miembros de la familia y la comunidad kuna se basa más que nada en que por ser un grupo étnico minoritario, todos los miembros debemos ser útiles a la comunidad, y contribuir a su subsistencia. El estigma y la discriminación son más frecuentes para el tema del VIH y sida, condiciones que la comunidad no entiende aún en su complejidad.
En cuanto al tema de VIH/sida, ¿cuál es la dimensión de la epidemia en su país? ¿Cuáles son los principales obstáculos para erradicarla?
Panamá registró sus primeros casos de sida en el año 1984. La epidemia ha crecido concentrada en grupos identificados como de alta vulnerabilidad y vulnerables: trabajadoras y trabajadores comerciales del sexo (TCS), HSH, personas privadas de la libertad, jóvenes e indígenas, principalmente, kunas (aproximadamente un 10% de la población de Panamá es indígena).
Una de las razones para la transmisión del VIH/sida en este país es su ubicación geográfica como puente que une Centroamérica con Sudamérica. Esta condición convierte a Panamá en el punto de tránsito para poblaciones migrantes, las cuales, resultan difíciles de captar, ya sea para proveerles información de prevención del VIH/sida, como para el suministro de condones.
La prevalencia de VIH ha crecido en ambos sexos, pero la diferencia entre sexos ha disminuido, aun cuando sigue el predominio en varones (75% de los casos notificados en 2005). En los jóvenes, el VIH se ha notificado con igual frecuencia en ambos sexos. Las regiones con mayores tasas de prevalencia en Panamá son los centros urbanos: Colón, la región metropolitana, el distrito de San Miguelito y Panamá Oeste. Sin embargo, se han reportado casos de VIH/sida en todas las regiones del país. Además, las zonas fronterizas como lo son Chiriquí y Kuna Yala representan un segundo grupo de zonas con mayor prevalencia, lo cual deja en evidencia que el sida en Panamá es una epidemia que se ha extendido a toda la nación aunque está concentrada en ciertas poblaciones y áreas.
¿El VIH ya llegó a la comunidad kuna?
Con relación al grupo indígena kuna, según estimaciones del Sistema de Vigilancia Epidemiológica, este grupo tiene una prevalencia que duplica la de la población general. En el año 2005, se realizó un estudio exploratorio en la comarca kuna y poblados periféricos metropolitanos que informa que los kunas en general carecen de información sobre las ITS y VIH/sida. La mayoría de las mujeres nunca ha utilizado condón y muchos no saben qué es. La actividad sexual en las mujeres se inicia entre los 11 y 15 años, en los varones un poco más tarde e inician en gran número, sus relaciones sexuales con los Omegit.
Existe una gran estigmatización con respecto al VIH/sida, ya que al existir altos niveles de desconocimiento acerca de la infección, no saben cómo relacionarse con personas VIH positivas. Sin embargo, tanto los sáhilas (autoridades comunitarias) como los médicos tradicionales se muestran muy receptivos a tener más información referente al VIH/sida.
Los y las kunas demuestran colaboración para brindar información, aunque prefieren que las actividades estén avaladas por los sáhilas. Prefieren que la entrevista sea en su idioma (dulegaya) y en pares. En lo referente al entrevistador, hay mayor colaboración si éste es de su misma edad y sexo. La mejor forma de transmitirles la información es utilizando lenguaje oral o audio-visual, factores a tomar en cuenta en futuras intervenciones con esta población.
El pueblo kuna, no está en busca de culpables de que esta situación esté presente en su medio, más bien busca los mecanismos para informarse, tratarse y minimizar la presencia del VIH/sida en sus pueblos. Los Kunas estamos convencidos que la barrera del idioma y las creencias tradicionales, la discriminación y la estigmatización afectan la presencia de la información, la prevención y el tratamiento integral, ante esta epidemia en cada uno de nosotros.
Reconozco que somos parte de la evolución constante del ser humano en todos sus movimientos sociales y la cultura kuna no escapa de las influencias modernas. Para que nuestras manifestaciones sexuales propias de nuestra cultura se mantengan de manera sana y responsable, debemos fortalecer la población en temas de salud sexual de la mano de la conservación de nuestras tradiciones culturales.
El abordaje entre pares, es una herramienta indispensable de prevención, porque con base en mi propia experiencia, como indígena, transgénero y persona viviendo con VIH, es un ejemplo a asumir una sexualidad responsable y sana.
El término "sodomía" fue eliminado de la ley panameña, si no me equivoco, a finales de 2008. ¿Qué significó este hecho para el colectivo LGBTI?
Recientemente, por presiones del movimiento internacional de comunidades de las minorías sexuales, se derogó la ley 149 de 1949, en Panamá, que penalizaba la sodomía. Esto si bien es un avance, no llena las necesidades propias de la población LGBTI ante la realidad de los fundamentalismos sociales, la homofobia social, cultural e institucionalizada; esto no ha permitido a la población de la diversidad sexual a expresar con libertad y responsabilidad sus derechos sexuales.
¿Hay en su país estadísticas de crímenes de odio por homofobia?
Hay un total hermetismo sobre el tema. Si bien no está registrado en las estadísticas, es una realidad. Las violaciones a los derechos humanos se registran constantemente y se interpretan como faltas administrativas a la moral y a las buenas costumbres. Hay normativas municipales en contra de la población trans, como alteración a la fisonomía e imagen impuesta por la sociedad. Redadas policiales en contra de las trabajadoras del sexo trans, argumentando la prostitución como ilegal en nuestro país.
¿Cuáles son las principales demandas que hoy día tienen las personas no heterosexuales en Panamá?
Con la presentación del Anteproyecto de Ley de No Discriminación por Orientación Sexual e Identidad de Género, por iniciativa de la AHMNP, el próximo lunes 17 de mayo, Día Internacional de la Lucha Contra la Homofobia, Panamá se unirá al resto de países de la región latinoamericana que han elaborado propuestas de leyes en contra de la discriminación hacia las personas de la comunidad LGBTI. Cabe destacar que esta iniciativa es respaldada por organizaciones internacionales como la Asociación Internacional de Lesbianas y Gays (ILGA), Fundación Triángulo de España y otros organismos internacionales que luchan por la igualdad de los Derechos Humanos. La primera presentación se realizó el 12 de septiembre del año 2005; pero en aquella ocasión, esta propuesta legislativa no prosperó por falta de apoyo político. La propuesta busca prohibir la discriminación y los crímenes de odio contra las minorías sexuales. El anteproyecto no incluye el reconocimiento a las uniones de personas del mismo sexo, derechos vinculados a parejas, ni las adopciones por personas o parejas homosexuales.
No se trata de solicitar derechos especiales o fueros y privilegios. Queremos que se eliminen “practicar el lesbianismo” y “practicar el homosexualismo” como “faltas gravísimas” que conllevan el despido de miembros de la Policía Nacional (Decreto Ejecutivo No 204, 1997, Artículo 133, ordenamiento 11 y 12). Queremos protección contra la discriminación laboral y en los centros educativos, en vivienda, servicios públicos y establecimientos privados, así como una protección contra la agresión física y verbal.
[1]Wigunduguid: término en lenguaje Kuna utilizado para referirse a los varones homosexuales. Es el nombre de un Dios Kuna, el cual tenía como característica central tener doble alma. Es una forma en la que al interior de la cultura kuna se explica la atracción de un varón hacia otro varón.
miércoles, 26 de mayo de 2010
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